Quiero mirar desde una burbuja de champagne
el transcurso de los días.
O subirme a un cigarrillo
y encender ilusiones.
Quiero observar el cielo
y que sea el mismo cielo.
O jugar a las escondidas
bajo una luna radiante.
Quiero delimitar fronteras sin continentes
ni distancia ni recorrido.
O escribir notas musicales
en un pentagrama de risas.
Quiero acumular deseos
y apilarlos ordenadamente.
Sumar besos
y restar tristezas.
Sin embargo, NO QUIERO.
Y contrariamente, quiero querer.
Sin objetar...
No quiero heridas viejas
o mal curadas.
QUIERO.
NO QUIERO
Quiero detener el reloj que fracciona
nuestras pocas o muchas diferencias.
Nada más que eso.
Quiero y no quiero,
ambiguamente y sin escalas.
jueves, 2 de abril de 2009
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